Ven, te invito a mi barquito:
aquí cabemos las dos,
nos turnamos el timón
aunque no sepa el destino.
Si olvidamos el camino
preguntamos a la noche,
ella nunca pierde el norte
y es leal como ninguna.
Esta no es una aventura
es un viaje de derroche.
Una semilla germina
sin preguntas ni exigencias,
ella enraiza con paciencia
tan hermosa, tan genuina.
Ya te vas vida querida
a tu casa bajo tierra;
ya te vas vida viajera
sin camino de retorno
y aunque vengan mil asombros
serás siempre la primera.